Carta abierta del Partído Socialdemócrata del Ecuador a la cancillería y presidencia de la república

El Partido Socialdemócrata del Ecuador PSDE cree firmemente en un Estado social donde a través de los medios democráticos se logre el progreso y la justicia social. Comprometidos con las personas y conscientes de los retos que la República del Ecuador debe asumir en el corto, mediano y largo plazo, a través del presente documento, el PSDE busca contribuir con el debate de cómo debería ser abordada la política exterior ecuatoriana. La socialdemocracia tiene una visión internacionalista y por ello apostamos a la unidad y la cooperación en el mundo para alcanzar una sociedad libre, justa y solidaria.

El escenario internacional es crecientemente complejo, caracterizado por la incertidumbre y la aparición de conflictos en todos los ámbitos: político, económico, militar y geopolítico. Entre esos conflictos destacan, por su importancia y por tener involucrados a las principales potencias del sistema internacional, la bipolaridad emergente entre Estados Unidos y China, que afecta a múltiples aspectos de la industria tecnológica y de telecomunicaciones. La guerra entre Ucrania y Rusia que parece entrar en una etapa de estancamiento y que tiene repercusiones en las cadenas de suministro de petróleo, fertilizantes y granos, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria y energética global. Así como el conflicto de Gaza, que en estos momentos se ha convertido en una catástrofe humanitaria, con características cercanas a lo que podría denominarse una operación de limpieza étnica del territorio palestino de la Franja por parte de Israel.

A nivel regional existen también conflictos que requieren la atención de la comunidad internacional y especialmente latinoamericana, como la reclamación territorial de Venezuela sobre el occidente de Guyana. También debe destacarse el progresivo deterioro de la democracia en algunos países, en especial Guatemala y Nicaragua, y potencialmente El Salvador. No se pueden pasar por alto los procesos derivados de la crisis de refugio venezolana por Suramérica y los flujos migratorios desde diversos países del sur del continente hacia Estados Unidos. Y por último se requieren esfuerzos permanentes sobre el sempiterno problema trasnacional del crimen organizado en todas sus facetas.

Ante el diagnóstico antes descrito, y atendiendo a la trayectoria de la política exterior ecuatoriana y su accionar en el último siglo, el Partido Socialdemócrata del Ecuador quisiera trasmitir las siguientes consideraciones y recomendaciones de políticas, que esperamos, se aborden en el presente mandato 2023-2025:

  1. La política exterior de un país no puede ser concebida únicamente como una extensión de la política comercial, ni deben ser asimiladas como una agenda idéntica; tampoco es posible entender las relaciones internacionales de un Estado desde la perspectiva económico-comercial.
  2. La política comercial es sólo una pequeña parcela dentro del gran área de atención de la política exterior, que cubre la relación política en la arena internacional con otros actores estatales y no estatales del sistema internacional (otros países, organizaciones internacionales gubernamentales y no gubernamentales, empresas, bancos internacionales, organizaciones de la sociedad civil, etc.) dentro de múltiples ámbitos: político, seguridad (con atención a la resolución pacífica de los conflictos y la prevención de estallidos bélicos a través del diálogo y la negociación), económico, comercial, cultural-científico, entre otros muchos.
  3. La complejidad de la política exterior exige una planeación exigente, que contemple fines y objetivos que se pretenden conseguir con dicha política, así como los medios para su implementación y consecución. La coherencia entre fines, objetivos y medios es tan fundamental como su correcta implementación a través de diversos instrumentos del Estado como la Cancillería, las representaciones diplomático-consulares del Ecuador y las misiones en el exterior de otros ministerios especializados.
  4. Ante dicha complejidad se hace necesario un llamado a construir una política exterior de Estado, permanente en el tiempo, entre todas las fuerzas y actores políticos y sociales del país. Este esfuerzo ya tuvo un antecedente durante el mandato del embajador Francisco Carrión Mena como Canciller en 2005, y que dio como resultado el Plan Nacional de Política exterior 2005-2020 (Planex 2020), que ha servido como una guía de la política exterior de los últimos tres gobiernos.
  5. La construcción de un pacto de Estado por la política exterior y la creación de un documento marco para la guía de acción exterior para los próximos años es factible en este corto periodo de gobierno, siempre y cuando se utilice este período como una etapa para construir puentes entre las distintas fuerzas políticas y sociales del Ecuador.
  6. Contar con un servicio exterior profesional es fundamental para el éxito de la acción exterior de Ecuador. En este sentido, llamamos a fortalecer la Academia Diplomática como entidad formadora de las nuevas generaciones de funcionarios del Servicio Exterior. Al mismo tiempo, se debe promocionar a funcionarios de larga trayectoria en Cancillería a puestos de representación del Ecuador ante misiones de importancia clave para la República como la ONU, OMC, OEA; las representaciones diplomáticas de Washington, Beijín, Madrid, Reino Unido, Tokio, Seúl, París, Roma, Brasilia, México, entre otras. El nombramiento de diplomáticos “de cupo político” de forma sistemática en estas misiones, con personas de poca o nula experiencia o formación en el campo internacional sólo perjudica a la imagen del Ecuador y limita la implementación y éxito de la política exterior ecuatoriana.
  7. En los últimos 10 años la comunidad de profesores, graduados y expertos en Relaciones Internacionales ha crecido enormemente. En varias universidades públicas y privadas de Quito y Guayaquil se ofertan programas de tercer y cuarto nivel en esta disciplina, y anualmente se incrementan el número de publicaciones y eventos científico-académicos que estudian y debaten sobre esta área. Desde el PSDE creemos necesario llamar a esa comunidad de internacionalistas sólida, interconectada a través de redes sociales y conexiones interacadémicas y laborales, y con múltiples perspectivas y enfoques, a jugar un papel más activo y cercano en los debates de la formulación de la política exterior, especialmente en el análisis de los escenarios internacionales a largo plazo y las coyunturas de política internacional. Todas las voces y mentes son necesarias en un momento de especial incertidumbre internacional. Intentos de la anterior administración existieron, pero con poco resultado práctico en términos de una vinculación real entre la academia de internacionalistas y el Palacio de Najas.
  8. La política exterior debe estar puesta al servicio del desarrollo del país y no de intereses particulares de individuos o grupos de poder. La acción exterior ha de estar vinculada con las políticas públicas de desarrollo industrial, tecnológico, de I+D+i, de acuerdo con el plan nacional de desarrollo vigente en cada momento. También es fundamental cumplir con la agenda global de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la lucha contra el cambio climático, y todos los convenios de Derechos Humanos contraídos y promovidos por el Ecuador. La política exterior no es un fin en sí mismo, ni está aislada del resto de ministerios, sino que ha de verse como un medio para lograr el crecimiento y evolución del país en todas sus dimensiones, y por tanto debe contemplar en su planeación las necesidades de la República que le trasladen las distintas carteras ministeriales.
  9. En este sentido, resulta fundamental asegurar un mayor rol del servicio exterior en garantizar que las decisiones de otros estamentos del Estado estén dentro del marco de la agenda internacional del Ecuador. Aquí también vuelve la relevancia de los cuerpos académicos, tanques de pensamiento, asociaciones de estudiantes y organizaciones sociales que, de contar con una clara política de Estado, pueden ser un claro soporte para la promoción de una agenda a favor de los intereses de la nación, y ampliar el impacto de la misión de la Cancillería.
  10. Por último, se debe señalar que la presencia de Ecuador como país no permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas hasta diciembre del próximo año, además de la presidencia rotatoria en diciembre del presente año, obliga a una profunda reflexión colectiva sobre lo que Ecuador quiere, y puede, hacer en el máximo órgano de decisión y regulación de las relaciones internacionales interestatales. Los retos presentes y futuros, esbozados en esta carta, son demasiado importantes como para dejar pasar la oportunidad de aunar esfuerzos y trabajar por una política exterior planificada, asertiva y que sea fiel a los principios y valores tradicionales que el Ecuador ha mostrado en sus relaciones internacionales desde su fundación como República.

Por todos los puntos antes mencionados, el Partido Socialdemócrata del Ecuador exhorta a la Presidencia y Cancillería ecuatoriana a que reúna en el mismo espacio a académicos, organizaciones sociales, funcionarios de Cancillería y otros actores de la sociedad civil para plantear una agenda de acción común frente al rol futuro del Ecuador dentro de la comunidad internacional. Desde el PSDE estamos abiertos para aportar a ese esfuerzo colectivo que den respuestas de políticas sólidas en las relaciones exteriores, la movilidad humana y la cooperación internacional.